Cuando hablamos de movilidad, el transporte público es el que toma el protagonismo. Debido a que las empresas y gobiernos le dan prioridad sobre otros tipos de movilidad. Por ejemplo, peatones, ciclismo o transporte privado.
Sin embargo, aunque el transporte público es de vital importancia para que una ciudad pueda funcionar. No es inmune a las tendencias emergentes que ponen de manifiesto la necesidad de atender y evolución el transporte y formas de seguridad. Las necesidades de movilidad en las ciudades están cambiando y las preocupaciones por adaptarse a las demandas de los ciudadanos están permeando en los proyectos gubernamentales de diversos países alrededor de América Latina.
Las personas ahora están solicitando una infraestructura más ecológica, segura e innovadora para mejorar la movilidad. Además hacer del transporte urbano un espacio adaptado y preparado a los cambios. A continuación, les platicamos de cuatro tendencias de la nueva dinámica social que están guiando las formas de seguridad en el transporte público. Donde la videovigilancia, ha puesto su granito de arena para ofrecer soluciones adaptables a los cambios.
1. Incremento poblacional:
El crecimiento demográfico es una realidad que estamos afrontando en los países, principalmente de América. Tan sólo la población Latina aumentó en 5 millones de personas en un año, alcanzando 486 millones de habitantes y superando así en expansión y magnitud a la de Estados Unidos. El cual en el mismo período agregó 2 millones para un total de 265 millones de habitantes.
Esto da como resultado un cálculo sencillo, a mayor población, mayor demanda del servicio de transporte público. Este aspecto es quizá el que más cambiará la forma en que la seguridad debe buscar cumplirse dentro del transporte. Y para esto es necesario tecnologías que ayuden a gestionar el uso y seguridad de la movilidad en el transporte.
La videovigilancia, por ejemplo, es una de las estrategias de seguridad más utilizadas y la que más ha buscado adaptarse a los cambios. La videovigilancia en red se ha convertido en una aliada importante para los sistemas de visualización de las ciudades. Para ayudar a tener un mejor control de la gente que transita por pasillos o estaciones de Metro, Metrobús, terminales de camiones etc.
Dando como resultado una gestión inteligente de los peatones y un control más grande de situaciones de riesgo. Muchas ciudades, como Vicente López en Argentina, han utilizado sistemas de voceo para enviar mensajes de alerta a la población. Y también de esta manera interactuar con ellos sin la necesidad de estar físicamente en el mismo lugar.
2. Demandas de la nueva normalidad
La pandemia sin lugar a dudas, marco una tendencia muy importante en las nuevas dinámicas del transporte público. Ahora es necesario contar con un sistema que garantice no solo la seguridad física sino la sanitaria. Esto va muy de la mano con la tendencia anterior, ya que al haber un mayor número de habitantes hay una mayor necesidad de hacer cumplir las normas sanitarias.
Muchos países a lo largo de Latinoamérica han comenzado a implementar protocolos de sanidad para garantizar la salud en el transporte. Aspecto donde la videovigilancia ha sido de gran utilidad, pues las cámaras conectadas a la red. Permiten llevar un control de quienes portan de forma correcta un cubre bocas o una mascarilla, así mismo. También permiten identificar aforos para prevenir que las unidades se saturen y enviar mensajes con el fin de alertar a los guardias.
Incluso en ausencia de incidentes específicos, el aforo trae sus propios desafíos en los entornos urbanos. En el transporte, la gestión de multitudes es una prioridad importante para la seguridad, particularmente con la necesidad de un mayor distanciamiento social.
Desafortunadamente, estos serán requisitos continuos y no una necesidad a corto plazo y en ese sentido, las soluciones de video en red, combinadas con análisis. Pueden ayudar a monitorear el movimiento y la distancia entre las personas en un área específica.
3. Impactos en el medio ambiente:
Las preocupaciones por el cambio climático han puesto de manifiesto la necesidad de reemplazar muchas flotillas por unas que utilicen recursos menos nocivos al ecosistema, sin embargo, esta necesidad también ha dado origen a que la videovigilancia busque adaptarse para ayudar al transporte urbano a hacer frente a estas necesidades.
Actualmente hay una forma de gestión ambiental que se puede lograr mediante el uso de análisis inteligentes en cámaras conectadas cuando se cotejan con otros dispositivos en la red.
Por ejemplo, las estadísticas de tráfico que registra la red de cámaras, como detalles de obras viales, desviaciones, accidentes y congestión, se pueden combinar con datos en tiempo real 24/7 de estaciones meteorológicas conectadas para dar lecturas de partículas, gases, velocidad del viento y dirección del viento.
Esta gran cantidad de datos podría proporcionar un análisis preciso de la correlación real entre la calidad del aire y los autos que son fuentes de contaminación. Si las autoridades pueden evaluar el impacto en tiempo real de la contaminación causada por el transporte público, podrán gestionarlo de forma más eficiente y hacer estrategias para buscar optimizar calles y avenidas para un tránsito más inteligente.
4. Incremento del uso del automóvil
La pandemia actual, ha llevado a muchas personas a evitar el transporte público para reducir riesgos de contagio. Dando como resultado el aumento del uso del auto privado, lo que trae consigo un tránsito vehicular sin precedentes.
Sin embargo, una forma de abordar los problemas que surgen de la combinación de las nuevas tendencias y los desafíos de transporte existentes. Es disminuir la congestión y tener un sistema de transporte público conectado, a través del cual los vehículos y las redes de transporte público puedan comunicarse entre sí.
La gestión de movilidad inteligente es más que nunca una estrategia que deben implementar los gobiernos en sinergia con el sector privado. Con el objetivo de disminuir los impactos correlativos de una mala planeación de movilidad urbana y prepararse para demandas futuras.
Este modelo de movilidad inteligente se basa en el monitoreo en vivo de las calles y vehículos mediante soluciones de video y audio en red, que permiten ofrecer datos en línea sobre las vialidades, con el fin de tomar las mejores decisiones de transportación al momento de usar una ruta.
Al recopilar datos de puntos de toda la ciudad, el flujo de tráfico se puede mejorar enormemente. Se puede gestionar una mayor visibilidad de los cuellos de botella y los puntos de apriete en el flujo de tráfico durante todo el día, lo que garantiza que las rutas con mucho tráfico no se detengan.
Una vez identificado, se puede enviar un mensaje a todos los vehículos de transporte público para que puedan volver a calcular sus rutas en función de los datos de ubicación del GPS. Esta gestión inteligente del tráfico ayuda a resolver los problemas relacionados con los vehículos de transporte público autónomos y flexibles que se atascan o se pierden durante el servicio.
Videovigilancia en sistemas de Transporte Público
En la actualidad la videovigilancia, por ejemplo, ha ayudado a entender cómo los servicios ofrecidos por una ciudad, cuando están perfectamente monitoreados, pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los habitantes, y con la movilidad pasa lo mismo.
Los sistemas de monitoreo sin importar la forma en que las personas se trasladen, permite la gestión completa del transporte público. Lo que significa mayor seguridad y rendimiento en el sistema.